Rayuela y su lector
  JULIO CORTÁZAR: Viajes, imágenes y otros territorios
 
EXPOSICIÓN
JULIO CORTÁZAR:
Viajes, imágenes y otros territorios
Julio Cortázar, 1973
JULIO CORTÁZAR:
Viajes, imágenes y otros territorios
Producción y organización:
Departamento de Exposiciones del Centro de Cultura Contemporánia de Barcelona, en el marco de Kosmopolis 2004. Festival Internacional de Literatura
Guión y dirección:
Rocío Santa Cruz – Juan Insúa
Presentación en el CCCB:
Del 14 de Septiembre de 2004 al 16 de enero de 2005
Espacio:
El Aparador del CCCB
Montalegre, 5
08001 Barcelona
Telf. 933064100
Fax 933064101
www.cccb.org
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Presentación
El objetivo de esta exposición es adentrarse en el universo personal y literario de Julio Cortázar a través de sus viajes, sus cartas y sus incursiones en la fotografía y el cine, disciplinas a las que el autor de Rayuela otorgaba una especial importancia, comparándolas con el cuento y la novela.
La muestra se ha concebido como una exploración del archivo Cortázar, perteneciente a Aurora Bernárdez, y al mismo tiempo, como un artefacto o dispositivo que permita actualizar la vocación transgresora de la obra cortazariana, su gusto por la irrupción de lo fantástico en el mundo cotidiano y su juego con los diferentes géneros.
La exposición incluye la serie de fotografías de Prosa del Observatorio, realizadas por el propio Cortázar en su viaje a la India, y después retocadas por Antonio Gálvez; los originales de Muñeca Rota y Los autonautas de la cosmopista; además de fotografías de viaje, retratos inéditos y una selección de cartas a escritores, amigos y editores.
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Escritura en tránsito.
El ansia de la fuga
En sus frecuentes viajes Julio Cortázar llevaba siempre consigo su pequeña máquina de escribir portátil y era capaz de escribir en cualquier lugar; tanto en los despachos de los ministerios, donde trabajaba como traductor, como en las numerosas habitaciones de los hoteles donde se alojaba. Una gran parte de la obra de Julio Cortázar, al igual que sus cartas, fue escrita durante sus frecuentes viajes en lugares de paso.
Los contenidos de las cartas escritas por Julio Cortázar, nos trazan con gran precisión el autorretrato del escritor y nos acercan de una manera intimista a su universo literario. “Odio las cartas 'literarias' cuidadosamente preparadas, copiadas y vueltas a copiar; yo me siento a la máquina y dejo correr el vasto río de los pensamientos y los afectos”, decía. Por ello y porque consideraba sus cartas como la más autentica expresión de su ser, podemos leerlas como una auténtica autobiografía.
En las cartas presentes en la muestra, Cortázar nos da cuenta de todos los aspectos de su actividad literaria, sus trabajo como traductor, activista o defensor de los derechos humanos; y nos permiten compartir sus ideales, afanes y sueños a lo largo de sus numerosos viajes: de la Argentina a París, Cuba, Irán o La India. Además del interés de presentar las cartas como una verdadera autobiografía del hombre y el escritor, el criterio inicial es exponer aquellas que puedan vincularse a los temas de la exposición pero también a fenómenos decisivos de la época como el “boom” latinoamericano o el compromiso político de su generación.
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Fotografía del exterior de la exposición
“Siempre he pensado que viajar en un buque de carga siendo un poco pasajero y otro poco tripulante debe ser algo admirable. Una valija pequeña, un cuaderno, un libro de poemas (Neruda, por ejemplo, que escribe para que se lo lea en alta mar) y nada más (...) después de un año entero de sujeción a la geografía (...) me despierto todos los días con el ansia de la fuga”
Carta a Luis Guagliardi (4 de enero de 1939)
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Saber mirar.
La fracción esencial
La fotografía siempre fue un campo que interesó a Julio Cortázar. Para el escritor, la novela y el cuento se comparan, respectivamente, con el cine y la fotografía: una película es un orden abierto, novelesco. Una fotografía presupone una ceñida limitación, pero al mismo tiempo ese cierre actúa como una explosión que abre de par en par una realidad mucho más amplia, como una visión dinámica que trasciende el campo abarcado por la cámara.
“Creo que sé mirar, si es que algo sé, y que todo mirar rezuma falsedad, porque es lo que nos arroja más afuera de nosotros mismos, sin la menor garantía...”
Entrada a la exposición
“Levanté la cámara (...) y me quedé al acecho, seguro de que atraparía por fin el gesto revelador, la expresión que todo lo resume, la vida que el movimiento acompasa pero que una imagen rígida destruye al seccionar el tempo, si no elegimos la imperceptible fracción esencial...”
Julio Cortázar, Las babas del diablo 6
Prosa del Observatorio
En 1968 Julio Cortázar viaja a la India, allí visita y fotografía el observatorio del sultán Jai Singh, en Jaïpur. La película fotográfica en blanco y negro, de 36 exposiciones, con la que realiza las fotografías era de muy mala calidad, por lo que a su regreso a París confía el carrete a su amigo, el fotógrafo Antonio Gálvez. Gálvez revela de forma manual el contenido de la película y retoca las pruebas sobre papel cuando la calidad de la impresión no permite visualizar correctamente su contenido. Como así lo indica el propio Cortázar, en la edición del libro que en el año 1988 publica la editorial francesa Gallimard, el retoque de las copias se realizó siempre con su aprobación.
Fotografía interior de la exposición. Ámbito: Prosa de observatorio
El viaje comienza con las fotografías realizadas por Antonio Gálvez al pie del avión en el aeropuerto parisino de Orly. A las 36 fotos realizadas por el propio Cortázar en el Observatorio de Jaïpur, hay que sumar aquellas otras personales de su estancia junto a Aurora Bernárdez en casa de Octavio Paz. Ya de vuelta en París, los retratos de Julio Cortázar realizados por Gálvez, mucho de ellos inéditos, en los que la complicidad con el fotógrafo evidencia y justifica esa publicación posterior “a dos manos” de la Prosa del Observatorio.
En el texto, que acompaña las 36 fotografías, Cortázar se sumerge con su prosa de tercera cultura en la recurrente imagen de un cardumen de anguilas-estrellas, que actúan como flujo o cinta de Moebius -analogía de las profundidades o galaxias líquidas- y que constituirá un leit motiv audiovisual en la puesta en escena de la muestra.
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Fotografías interior de la exposición. Ámbito: Cartas
“Que Dama Ciencia en su jardín pasee, cante y borde, bella es su figura y necesaria su rueca teleguiada y su laúd electrónico, no somos los boecios del siglo, un brontosaurio bien muerto está. Pero entonces se sale a vagar de noche. como sin duda también tantos servidores de Dama Ciencia, y se vive de veras, si la noche y la respiración y el pensar enlazan esas mallas que tanta definición separa...”
Julio Cortázar, Prosa del Observatorio
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Muñeca Rota
Fotografías originales de Muñeca rota. 24 contactos en b/n con la ordenación que Julio Cortázar les dio cuando se publicó el libro Ultimo Round, editorial Siglo XXI.
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Otros Territorios
El Jazz. Es a partir de 1933, con su primer sueldo, que Julio Cortázar comienza a coleccionar discos de jazz, entre los que se encuentran los de sus favoritos: Louis Armstrong y Duke Ellington. Con la venta de su colección de discos de jazz, antes de su partida a París, Cortázar ratifica su voluntad de no volver a Buenos Aires e instalarse definitivamente en la capital francesa.
(...) Me llevo a París un solo disco, metido entre la ropa; es un viejísimo blues de mi tiempo de estudiante, que se llama O’Lee Blues y que me guarda toda la juventud (...), escribe a Fredi Guthmann desde Buenos Aires el 8 de octubre de 1951, poco tiempo antes de su partida definitiva hacia París.
El jazz, muy presente en la vida y obra de Julio Cortázar, es el protagonista de uno de sus más conocidos relatos, El perseguidor, basado en la vida de uno de los músicos más admirador por el escritor: Charlie Parker.
Otras incursiones de Cortázar en el mundo del jazz las encontramos en Rayuela y en La vuelta al día en ochenta mundos.
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El Cine. Varias veces se han llevado al cine versiones de los cuentos de Cortázar. Pero son aquellas de su amigo, el cineasta argentino Manuel Antín, las que el escritor siente como realmente suyas, especialmente las versiones de Cartas de mamá y Circe. En esta última Cortázar participa muy activamente en la construcción de los diálogos del film, constancia de ello queda en varias cartas remitidas a Antín.
Para el escritor (...) asistir al funcionamiento mental de un cineasta es algo asombroso (...) yo adelantaba una sugestión cualquiera sobre el cuento, y de inmediato Antín se quedaba como en trance, los ojos perdidos en el aire, y después se convertía en una cámara que empezaba a narrar imágenes, secuencias, la una saliendo de la otra como el desarrollo de todos los elementos de un árbol, desde el tronco hasta la hoja más pequeña, para volver finalmente al tronco. Una imaginación puramente visual es algo extraordinario, y mi trabajo con Antín me ha enseñado a ver de otra manera el cine, a verlo desde dentro, y no como un mero espectáculo (…), le escribe a Jean Barnabé en junio del 1963 desde París.
Cortázar siempre sintió una gran admiración por Buñuel. En una carta enviada a Manuel Antín el 10 de julio de 1962 desde París, el escritor manifiesta la impresión que le dio y su estado de ánimo después de ver El ángel exterminador de Buñuel:
(...) hace dos horas vi El ángel exterminador, y estoy de vuelta a casa, y todo, absolutamente todo me da vueltas, y te estoy escribiendo con una especie de pulpo que va y viene y me arranca las palabras con las patas y las escribe por su cuenta, y todo es increíblemente hermoso y atroz y entre rojo y mujer y una especie de total locura (...)
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Cortázar con Buñuel y Carlos Fuentes
El anuncio de Buñuel, por medio de Carlos Fuentes, de rodar una película basada en uno de sus cuentos, Las ménades, que nunca se llegó a rodar, se lo comunica en otra carta a su editor argentino Francisco Porrúa, el 8 de octubre del mismo año:
(...) Te diré que aparte de que me emociona la idea, en el fondo encuentro que hay una cierta justicia poética, porque me he pasado la vida jurando por L’age d’or, y hasta mandando a Sur, illo tempore, una reseña entusiasta de Los olvidados. Aquí en París, hace dos meses, vi El ángel exterminador, que me parece un monumento increíble, una de esas películas que solo un cronopio como ese monstruo es capaz de hacer (...) Viridiana, en cambio, me gusta menos, suena un poco a hueco. Pero Buñuel es un gigante...
Cortázar en el Pont Neuf, París.
Foto: J. Gálvez
Fotografía interior de la exposición. Instalación Solentiname 12
Material Expositivo
Cartas
Selección de cartas originales manuscritas y mecanografiadas procedentes de los archivos de Aurora Bernárdez, Francisco Porrua, Julio Silva, Antonio Gálvez, Saúl Yurkievich, etc.
Selección de primeras ediciones de libros de Cortázar
Fotografías:
Fotografías de familia
Viaje a la India
Serie Prosa del Observatorio
Retratos de Julio Cortázar en París realizados por Antonio Gálvez
Sector jazz
Retratos de Antonio Gálvez
Material sonoro: Charlie Parker, Louis Armstrong, Duke Ellington, Miles Davis, Dizzie Gillespie.
Los autonautas de la cosmopista
Muñeca Rota
Otras fotografías de viajes
Contrapunto con fotos o documentos de los múltiples viajes realizados por Cortazar entre 1968 y 1983: (Cuba, Ceilán, Nicaragua, Norte y Centro de Argentina, USA, Polonia, Barcelona, etc.)
Planta de la exposición en la Sala El Aparador del CCCB
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- Superficie mínima requerida: 150 m2
- Equipo audiovisual necesario:
. 2 Monitores TV
. 1 Mini-monitor TV (incluido en la cesión de materiales del montaje)
. 1 Pantalla (o superficie de proyección)
. 4 Reproductores DVD
. 1 Videoproyector
. 1 Proyector de diapositivas
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